sábado, 5 de marzo de 2011

Marionetas sin costumbres

Vamos a dejar aparcado el tema educativo para sumergirnos en otro más turbulento y enigmático aún.
El futuro de España, el inminente y el que más me interesa es el que conformará una sociedad de cuidado si es verdad lo que auguran los pronósticos. La marioneta que ocupará el poder, quien jamás plantea soluciones sino "hay que" salió otra vez al ruedo con su cantinela esclerosante.
Además de haber pasado todos estos años oponiéndose a todo sin argumentos, ahora insiste en no renovar contratos o documentos o cualquier papel a humanos nacidos en otro suelo que no respeten las costummbres españolas.
Me pregunto cuáles son esas costumbres que hay que respetar señor; cualquiera que lo escuche imaginará un país con salvajes dando vueltas sin ubicarse en la órbita civilizada.
Puede ser que haya-y los hay-nómadas a los que no les atrae demasiado la hipoteca y prefieren caravanas (furgonetas) Pero ellos siempre existieron incluso antes de que las Hispanias y las camionetas fuesen conocidas.
Creo que quien asesore a este señor, especie de Claudio a punto de ser proclamado emperador, tendrá que echarle soda a su memoria y refrescarle acontecimientos, en primer lugar bien cercanos:

1) Si usted y compañía no aprendieron todavía a respetar a sus propios vecinos "compatriotas" con quienes pelean toda vez que pueden y en especial por algo que no se merece disputa; esto es las lenguas.
¿Alguna vez pensó señor Rajoy en la imagen que se llevan de usted los extranjeros? De usted y de su partido.
Si se le pretende enseñar a un niño buenos ejemplos de crianza, no hay misterio en cómo hacerlo: dando el ejemplo.
No cometa el cinismo de exigir a otros lo que ustedes nunca estuvieron dispuestos a ejercer. Puesto que ustedes solo entienden el idioma de la ignorancia y la prepotencia.

2) En caso de que le molestara el espejo que le estoy ofreciendo, recurra al de sus ancestros. En él verá vívidas escenas del pasado: no hubo cristiano civilizado que respetara ninguna costumbre americana allá por el siglo XV. Arrasaron e impusieron como mejor les vino en gana. Pero como eso ya es historia, mire usted, le voy a plumerear aún más su memoria apolillada.

3) Muchos de nosotros, a los que acusa de no acatar costumbres españolas, somos primera generación de su magna patria. No solo que fuimos educados por sus congéneres y compatriotas sino que ellos, en aquellos países, no tuvieron que jurar constitución alguna, ni fueron tratados de incívicos ni despreciados. Trabajaron hasta arrastrar los pies como lo hacen ahora ecuatorianos, colombianos, chilenos, brasileños, argentinos.
Encima que le están lavando sus suciedades, criando sus hijos, sirviendo en sus mesas, aportando en investigación y docencia, salvando vidas...encima usted les arremete con la amenaza de expulsarlos.

Aclare y publique una lista de normas a las que atenerse pero que esa lista también incluya a los españoles.
Obre de "hazme reir" y que la gente de su pueblo reviva 40 años vividos cuando el dragón aún no dormía.
Vamos, sea usted el primero en despertarlo y eche el fuego a la calle. Verá que solidaria sociedad le aguarda. Pero ándese con tino y cuidado que quien engendra violencia recibe lo mismo a cambio.
De momento, intente conseguir una tijera para cortar la cuerda de la que lo tienen colgado hace años. Comience a caminar solito y a vocalizar sus primeros pensamientos autónomos. Demuestre usted que tiene sanas costumbres y enséñenoslas. LLevamos siglos respetando. Comprobará qué buenos chicos somos pero también descubrirá que no pendemos de un hilo como usted; sorprendido se encontrará con nuestra independencia.
Así que guárdese de pretender convertirnos en lo que es usted ahora. Nosotros ya hemos pasado por ello.

ZP pudo equivocarse en mucho de su gobierno pero lo recordaré como el presidente que más ventiló los aires de esta antigua tierra. Con el que más libertad se respiró. Pero sobre todo, no lo olvidaré gracias a que jamás manifestó desprecio por ningún ser humano. No hay nada más digno en un político. Porque el resto de su tarea ya se sabe que es incierta.

Pronto ofreceré lo que pensó Pablo Neruda acerca de estos asuntos.

Que se diviertan en carnaval, tiempo del orden invertido, cuando todo vale.

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