martes, 26 de abril de 2011

Hervor de caracolas II- Democráticos

Luego de un periodo de reflexión y de observar que continúa el blog sin comentarios a mis artículos, retomo la actividad para relatar otro hito más de este "hervor de caracolas" (mundo mundial)

Según el primer Hervor, les contaba cómo la red social puede más en el intercambio de pensamientos. Parece más fuerte pero es efímera y superficial.
Aquí, aunque nadie escriba o abra un debate sano con los temas que desarrollo, siento que se puede pensar más tranquilamente y darse tiempo para decidir si es bueno o malo, si hay motivos para seguir luchando y sobre todo, si sirve lo que les cuento como para iniciar un cambio mundial a nivel espiritual.

Así pues continuaré tímida y silenciosa con este pequeño mundo de ideas y ganas de mejorar lo que no anda bien. Ya habrá quien, además de leerme, me siga y eche a andar la rueda del bienestar.
Por ello recomiendo -o me autorecomiendo- el artículo Indignáos que colgué hace días atrás.

Respecto a ese otro hito que escribí al comenzar esta publicación, resulta alucinante para mí y para muchos que se enteren:
Cuando escribí en el Facebook "Feliz Día de la República" el 14 de abril, recibí una serie de respuestas insólitas y ofensivas por parte de gente que me conceptuó como poco seria y casi delirante al festejar un día histórico para muchos habitantes del Estado Español y del resto del mundo que ha nacido y se ha formado en una República con características parlamentarias sin monarquía y elecciones directas (Estados Unidos, Francia, Argentina, etc. etc.)
Un asunto trivial, el ofenderse y -porqué no- el festejar, comparado con las tragedias que están ocurriendo en el mundo. Es decir, política tonta que enemista y desencuentra. Porque las riñas venían de amigos de muchos años...
Duele pero espabila saber que gente íntima da predominio a la política y a la grandiosa "España Democrática" por encima de la amistad y los afectos.
Cuando quieran, se puede ver lo que les cuento en el muro del Facebook (del mío)
Hervor total de cerebros y confusos conceptos porque incluso negaban que aquí en la Tierra Media hubiese existido jamás una República y que éramos "4 gatos locos que nos habían vendido una moto o un coño de mentira" (sic)
En fin, si ladran es porque cabalgamos. Aconsejo que visiten la página de Luis García Montero quien explica más puntualmente el sentir republicano.
No es política esto. Es pasión de seres humanos que han sufrido por algo perdido, por algo que consideraban justo. Negar al monstruo que vino luego y negar que la Democracia actual es rara rara y que al monarca en tal caso lo puso un Dictador...en fin, con todo respeto pienso que es exceso de ignorancia e indiferencia. Y sobre todo, de querer echar tierra bajo la alfombra.
Pero si quitásemos todo esto que dije y nos quedásemos con la encendida defensa de que "España es más democrática que las Repúblicas Bolivarianas y Argentinas" y tanta Sudamérica con la que se han metido; si extraemos el origen del significado o acontecer democrático, pues paradoja hervida y recocida: amigos míos, no es nada demo-crá-ti-co meterse con la gente que piensa diferente o no tener capacidad de dialogar sin pelear.
Especialmente, qué poco de dignidad tiene publicar a vista de todos una riña banal.
He dicho.
Quien quiera intercambiar que produzca y elabore una fundamentación con algo de condimento histórico y conocimiento. Pero previniendo que el respeto está antes que nada. Porque yo también he respondido por ese medio social cuando quizá debía haberlos dejado en evidencia guardando silencio de mi parte.
Lo mejor: me dejó la alternativa para abrir otro tema en mi blog.
Siempre se extrae un aspecto positivo de las desaveniencias.
Avianchi con la paz y la diversidad.
Buenas Noches y hasta pronto.

miércoles, 13 de abril de 2011

Hervor de caracolas

Ya siento parafrasear a mi poeta del alma Joaquín. Es que me vienen a la cabeza sus versos en cuanto tengo tema para escribir aquí. También explico cómo es que pasan los días y ya no escribo tantos artículos como antes. No es porque se hayan acabado los fervores del teclado y esa vena inflada de escritor que no resiste a nada. No creo que eso se extinga jamás.
Lo que se comprime es el tiempo, maldito tiempo inventado culturalmente creado para limitarnos. Fue eso nada más. Pero mientras tanto, cada cosa encierra en secreto sus ventajas, así que hubo un rollo de asuntos peculiares dignos de ser relatados. No tanto por dignos en sí mismos pero didácticos. Al menos a los efectos de mi modo de ser.
Les cuento con brevedad matinal porque no merecen demasiada extensión aunque sí mucha pero abundante reflexión. Por cierto, pregunto (y nadie responderá) ¿hay gente que reflexiona, que escoge espacio para pensar?
Tengo esa feroz intriga. Así como los yogas dicen que no tomamos bien el aire para respirar, me parece que no nos permitimos huir ocultos a algún infinito confín donde podamos rebobinar ideas o escoger líneas y darles la vuelta, ponerlas patas arriba, en fin, y descubrir cuánto engaño y chatarra existe en el propio discurso, en el mismo lenguaje usado segundo a segundo.
Me explico sin más rodeos. A ver si termino contagiándome de Prada o Reverte haciéndose los hiper cultos y para llegar al final te hacen una introducción de esas premeditadas para encandilar con vocablos poco usados. Nada más lejos de mí. Nada.
Aunque reconozco ser ejemplificativa y vueltera a veces.
Total: que hace unos días se armó una seguidilla de comentarios, va y viene va y viene en una red social bastante usada y conocida, el Facebook.
El lío se armó por el inteligente comentario de una amiga que explica las medidas infantiles y demagógicas de los gobiernos en general, aunque ella hablaba de Argentina en particular. Otro amigo en común, se molestó por el comentario. Y allí aparecí yo diciéndole que no fuera negador. Que no siguiera defendiendo patriotismos y demás ismos que son mentira, cuentos de Navidad o acaso el despertar y no encontrar camellos ni rastro de ellos porque jamás existieron los Reyes Magos. La política es lo mismo y la economía también. Son grandes construcciones de plástico que se derrite y lo más gracioso es que habiéndola inventado nosotros, encima discutimos y polemizamos sobre ellas.
Con todo derecho el amigo se defendió del calificativo "negador" aunque yo no lo había empleado para descalificar ni calificar. Sino para decir que no negara una realidad tan descaradamente evidente.
Pero no es eso de lo que hablo aquí ahora mismo. Es una anécdota que llevó horas, de madrugada para mí, polemizando sobre la necesidad de respetar opiniones ajenas, de no considerar que el mundo está horrible, de no creer que los pobrecillos presidentes son tan malitos, que mucho trabajo tienen...impresionante la cantidad de idas y vueltas. En el medio alguien que no conozco diciéndome que sí estaba de acuerdo conmigo. Que luego gente más desconocida aún coincidiendo en otros comentarios que había hecho sobre el arte del humor y su cura. Una hilera interminable de intercambios tranquilos, no agresivos, enriquecedores, recordándonos cada veinte minutos que nos queremos mucho. Me quedo con lo mejor: gracias al desastroso país y esa desastrosa dama que los tiene sobornados, gracias a ellos, pude compartir una comunicación constante, ida y vuelta. Y gracias al Facebook.
Mi desilusión: no consigo que ningún ser humano encienda la mecha y haga una disertación a mis comentarios de este blog. No lo logro. Bueno, los amigos y las felicitaciones vale. Pero me carcomo por descubrir la diferencia entre una red social y un blog.
Será que nadie, ya nadie consigue encontrar esas horas libres de antes que te permitían leer ordenadamente, reflexivamente...
Será que ahora solo funcionan las instantáneas, los mensajes cortos, tan cortos
que en una de esas
dejamos de hablar y decir,
dejamos de hacer y actuar.
Dejamos.
Nos vamos?

"El mundo es un hervor de caracolas..." (buscar la canción de J.Sabina que lo dice)

Perdura mi esperanza de que la rueda de la comunicación gire y alguien decida intercambiar opiniones conmigo. Nada mata más que la incomunicación para todo ser viviente.
Nada te nutre más que el intercambio afectivo y constructivo con familia y amigos. Con hermanos naturales de vida. Con gente de aquí y de allá.

miércoles, 6 de abril de 2011

Indignáos sí. Cambiar también.

Acaba de publicarse Indignáos
Millones de ejemplares vendidos en Francia y otros tantos en España. Prologado por Sampedro, todavía no pude ir a hacerme con un ejemplar. Pero sí sé de qué trata básicamente. Es un llamamiento a los jóvenes a actuar- además de indignarse- por la atrocidad que hemos construído como especie humana.
Todos los comentarios publicados por mí en este blog tienen que ver con pequeñas y grandes cuestiones que indignan y no se resuelven: políticos sin saber dominar el arte de la oratoria además de robarnos y mentirnos, profesores sin pedagogía, jóvenes condenados a responder en 60 minutos unos 30 cruciales años de Historia española contemporánea; jóvenes a los que no se ha nutrido de un lenguaje apropiado para comentar a grandes filósfos que hablaron y vaticinaron sobre lo que ahora es el estado del planeta. En fin, y otras más banales como el uso del aerosol que nos mata y contamina sin que ningún ministro o ministra de Sanidad lo prohíba.
Pero luego de la indignación que no es otra cosa que la toma de conciencia como sujeto protagonista de la historia, como hacedor del día a día que construye los resultados, luego de ese "darse cuenta" debe venir la acción.
El punto está en que la acción violenta no nos sirve ni nos ha servido jamás. El mal y el bien enfrentados siempre existieron. Y siempre lo hemos interpretado como una guerra de fuerzas donde debe haber un ganador y un vencido.
Pienso que este esquema tampoco nos aporta cambios sustanciales.
Decía en páginas anteriores que el CAMBIO ES CULTURAL (parafraseando a Paco Ibañez)
Estoy convencida que debe ser así. Manifestarse y quejarse lleva luego al poteo y el hazmereir de los que "mandatan" Nada cambia al día siguiente de una manifestación ni después de romper las instituciones que se reúnen en el Grupo de los más ricos.
Defender nuestro derecho a no ser humillados solo por ostentar un poder dado gracias a la ventaja de haber llegado antes a la cúpula, es una forma muy efectiva de comenzar a cambiar las cosas.
Si en nuestro pequeño cosmos cotidiano aceptamos mansamente que se nos maltrate, que no se ños enseñe a no fracasar, que no nos atiendan educadamente, que no se trabaje honesta y consideradamente para permitirnos crecer...si no reaccionamos a todas estas pequeñeces, es casi imposible que luego pretendamos encontrar personas que se indignen ante millones de hermanos humanos cayendo de hambre o castrados o golpeados y tantos etcéteras.
Ortega y Gasset estaba convencido que el cambio cultural de España radicaba en un cambio crucial en la Educación. Los de la generación del '98 también proclamaban asqueados que había que renovar el lenguaje literario y por ende inyectar progreso a la cultura española.
Aunque más allá de España, siéntase o no europea y más allá aún de Europa y su tremendo bagaje cultural, tenemos a la Tierra entera, a la Naturaleza en cuerpo y alma, esperando que nos indignemos de verdad y cambiemos los males. Corregir es de sabios dicen.
Somos inteligentes. Desechamos día a día esa materia prima. Ignorar o mirar para otro lado nos destruye.
El daño, el mal, están para recordarnos que debemos, inexorablemente, hacer andar nuestro potencial, nuestra fuerza digna.
Decir NO. Comenzar por decirle NO a aquello que nos parece destructivo. Decir NO al desequilibrio económico. Decir NO a que nos insulten o nos roben.
DECIR NO A LOS CASTIGOS QUÍMICOS a que se está exponiendo a nuestro hábitat.
DECIR NO, DECIR NO. Pero activamente, negándonos a ofrecer nuestro servicio si las cosas continúan por este andrajoso camino de hipocresía descarada.
Cuando individualmente aparece el mal, nos alarmamos y emprendemos la lucha para combatirlo. Nos reunimos y nos consolamos en ese mal común.
Así es como existen cantidades de Organizaciones buscando ayuda y sensibilidad. Más solidaridad.
Si egoístamente despertamos a la capacidad de luchar cuando la tragedia enciende sus luces en nuestra propia puerta ¿por qué no, entonces, sucede los mismo cuando hace tiempo que enmohece nuestra Tierra?
La energía que palpita en este -nuestro mundo- se nos pone rancia.
¿Qué tenemos que esperar que ocurra para comenzar a cambiar radicalmente aquello que hace daño a seres lejanos de nuestro entorno?
¿Acaso esperamos conocerlos o que sean parte de nuestros lazos de sangre?
Antes o después, lo dije en otro artículo, el dolor y el sufrimiento se nos presentan. A todos sin excepción. Cosa aparte es el disfraz que se ponga.
Indignémosnos de una vez y digamos "BASTA de destruirnos"
Somos nosotros los responsables porque lo permitimos. En tanto continuemos dejando que nos anestesien y nos mientan. Echar la culpa al que nos representa es de cómodos, disfrutar con nuestros pequeños y frívolos logros materiales es de una inconsistencia fatal.
No existe la felicidad si parte de mis hermanos están cayendo ante el horror. Esa es la llave oxidada que debemos tirar.

Joaquín Sabina en mis pensamientos otra vez a través de sus espitiruales versos:
"me cansé del Caín y los Abeles, con lo que eso duele..."

Erradiquemos el gen que nos hace pelear sin construir luego. Este caos actual se nos ha puesto en primera fila para poner a prueba nuestra capacidad de espabilar y decirle "Ya no más"

sábado, 2 de abril de 2011

Sin cuentos en primavera

Variadas sendas interrumpieron mi atención en este placentero camino de la escritura. Los que me siguen habrán notado la merma de comentarios.
Pero es que las flores en primavera y el juego incansable de los pájaros te hacen sentir tan exultantes ellos, tan libres y, sobre todo, te hacen creer que la felicidad siempre estuvo ahí sin que te hubieras dado cuenta.
Ah la primavera, ¿qué me va a contar a mí esa revoltosa que me hizo a su imagen? Que está tan tranquila y de repente te solapa con sus vientos, que lo mismo te abriga con los primeros soles y al rato te riega intermitente e impertinente. Pero sobretodo, que te pone frente al mundo y te demuestra cómo nada termina, todo trasciende y renace una vez más, siempre con la grandeza de lo natural y antiextravagante.

Pues no habrá cuentos esta primavera. El lunes se publicarán los últimos dos de Verdadero y Falso.
Para quienes pudieron leerlos, espero que les hayan aportado algo.
Seguirán en la sección Decimonónico para ser leídos en cualquier momento y lugar.
Pienso que otra serie escrita, los Cuentos Epistolares aparecerán para la primavera donde nací, en América del Sur.
Mientras tanto, continuaremos encontrándonos con esas pequeñas delicias de la vida misma, las de la realidad, las que cada día nos renueva nuestra malograda capacidad de asombro.
Muchas gracias por leerme. Muchas gracias por aguantarme. Más tarde, nuevos pensamientos comenzarán a girar por mi teclado y los compartiremos.
A disfrutar.