viernes, 14 de octubre de 2011

15O SÍ, ¿por qué no?

En 1789-casi todos lo sabemos-la clase oprimida, luego convertida en burguesía con acceso al poder, quitó la cabeza a un monarca. Dura revolución si la sopesamos con esta manifestación actual que al margen de puntuales agresiones se deja ver más bien pacífica aunque no blanda.

Más cerca en el tiempo, a mediados del siglo XX, un hindú con calma, modestia y astucia llevó a su pueblo a liberarse sin armas de la opresión colonialista británica.

De un modo u otro, cada comunidad social luchó contra lo que consideraba una injusticia.

Luego de 10 u 11 años, depende cómo lo contabilice cada cual, si queremos que el siglo XXI comience a escribir verdaderas páginas de historia, es decir que los relegados cobren protagonismo, pienso que es preciso y muy oportuno darle la oportunidad a la convocatoria mundial de mañana.

Aún cuando sabemos-y como ocurrió en Francia y la India-que hay y habrá dentro del propio grupo convocante, gente que luego querrá sacar partido o se desmarcará con ajenos intereses a la idea original. Seres humanos...al fin y al cabo.

Aún cuando sabemos-y de sobra-que fuera de los que apoyamos e iremos, todavía queda cantidad de gente que solo piensa en seguir trabajando a cambio de humillación; o los que trabajan como nosotros pero como las cosas les van bien, qué importa lo que le ocurra al resto del planeta. E incluso hay quienes ni siquiera han descubierto que bajo este mismo cielo habitamos precisamente en un planeta que nos pertenece y COMPARTIMOS en sus gracias y desgracias.

Aún cuando adultamente sabemos que los destinatarios de la protesta, seguirán hincando sus codos en finos sillones de terciopelo a sabiendas de que esto no les mueve un pelo; que las fuerzas del orden-a las que pagamos nosotros para que nos peguen si hace falta- se encargarán de "limpiar" las calles por donde ellos pudieran pasar.

En definitiva, aún con unas cuantas lecciones aprendidas, mañana debemos salir a caminar juntos. Por lo menos por digna solidaridad.

Después, los días después de mañana, podremos madurar otras vías-siempre pacíficas-para provocar de verdad un cambio que en el futuro ostente jactancioso el adjetivo "revolucionario".

A los que honestamente creemos en el 15M les ofrezco una reflexión que no es mía:

"Aún si supiera que mañana el mundo se habría de desintegrar, yo igual plantaría mi manzano"

A ver quién comenta su autoría. Gracias y hasta pronto.

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